Plaza de la Revolución |
Yo también empecé como todo turista, llegué a la
capital, estuve un día, viajé a Cayo Largo en un avión militar ruso, sin
ventanillas y finalmente a Varadero.
En ese viaje notamos, que los lugares turísticos
que nombré, son escenografías irreales de una tierra que tiene otra cara para
mostrar.
Nada más llegar a la Habana, se siente un
retroceso de cincuenta años en el tiempo, autos antiguos, casas más antiguas,
hoteles que quedaron de antes de la revolución, todo parece anacrónico.